El Caribe, con su absoluta diversidad cultural, consigue unir una serie de características que parecen borrar las líneas geográficas y las diferencias entre sus países. La indiscutible relación con sus respectivos países colonizadores ha provocado que cada una de las islas busque preservar su lengua, cultura gastronómica, manifestaciones artísticas y costumbres.
El clima en el archipiélago caribeño podría ser uno de los factores decisivos que ha moldeado en estas islas el crisol de expresiones culturales tales como la música, las costumbres sociales e incluso, la arquitectura.
Asimismo, la lengua es parte integral de cualquier cultura y sus manifestaciones configuran el contorno de las tradiciones de un país. Por ejemplo, el créole, que llegó por medio de los esclavos africanos y que se nutre de una combinación léxica africana y europea.
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